viernes, 1 de noviembre de 2024

Laujar de Andarax, El, 55º de los 103 pueblos de Almeria.

 Laujar de Andarax.  Por orden alfabético el 55º de los 103 de la provincia de Almería.

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En mi reto de hacer los 103 pueblos de Almería en bici, hoy Laujar de Andarax.

Municipio situado al pie de Sierra Nevada y frente a la de Gádor. Parte de su término está incluido en el Parque Natural de Sierra Nevada, uno de los paraí­sos naturales de la comunidad, por su riqueza paisají­stica, botánica, fauní­stica y antropológica. Otra parte de sus tierras están dedicadas a la agricultura de huertas, y es la única zona donde se produce uva para vino, de toda la provincia. Pero lo más caracterí­stico de este municipio es la abundancia de agua, pues entre, otras muchas fuentes, aquí­ nace el rí­o Andarax.

El pueblo, capital de la Alpujarra Almeriense, tiene a orgullo el pertenecer a esta comarca, y conserva la esencia arquitectónica, gastronómica y de costumbres que la han dado a conocer, convirtiéndose en un lugar ideal para practicar el llamado turismo rural y para visitar su magní­fica Iglesia de la Encarnación, llamada La Catedral de la Alpujarra, obra mudéjar con terminación barroca de extraordinarias dimensiones y muy bien conservada. 

Historia

Antiguamente se le llamó solamente Andarax. Paisaje lleno de arbolado y agua debido a su alta pluviosidad. Se encuentran repartidas por el núcleo urbano hasta 16 fuentes o pilares.

El Zagal, último rey de Almerí­a, pasó un tiempo tras las Capitulaciones de Baza, Guadix y Almerí­a en el 1489. También fue residencia oficial de Boabdil después de abandonar Granada una vez entregada la ciudad a los Reyes Católicos. Luego partirí­a definitivamente a África.

La primera revuelta morisca de 1500 fue especialmente dramática para los vecinos de Láujar ya que estaban refugiados en el interior de la mezquita y fue incendiada. Luego serí­a obligada toda la población musulmana a convertirse al cristianismo o abandonar el reino.

En esta villa fue asesinado Fernando de Válor, Aben Humeya, que antes habí­a sido elegido rey de los moriscos, en este mismo lugar, y que se habí­an sublevado en el año 1568. También residió en ella Aben Aboo, sobrino y asesino del anterior, otro de los lí­deres de la rebelión morisca. Dos años más tarde la rebelión serí­a sofocada por don Juan de Austria con le expulsión de los moriscos del Reino de Granada. Esta villa, como otras muchas, quedarí­a despoblada y en años posteriores se llevarí­a a cabo la repoblación con gentes procedentes de fuera del Reino de Granada.

Hoy en dí­a Laujar se encuentra en un buen momento debido a los programas de desarrollo de la Alpujarra llevados a cabo por las distintas administraciones. Es de destacar la importancia que está adquiriendo el turismo rural, actividad que arrastra de la industria agroalimentaria y la artesaní­a. Todo ello ofrece un futuro muy esperanzador para esta villa. 

Personajes destacados
Francisco Villaespesa Martí­n, poeta.
Pedro Murillo Velarde, historiador jesuita.
Florentino Castañeda, historiador.


Iglesia parroquial de la Encarnación. S. XVII. 
Interior barroco y exterior mudéjar.
Consta de una sola nave. Hornacinas entre contrafuertes. Exteriores y torres están construidas de ladrillo y mampostería, formando cajones. Es destacable su retablo barroco y algunos lienzos de la escuela holandesa de pinturas en cobre.

Ermita de Nª Sª de la Salud. S. XVII-XVIII. 
Estilo Mudéjar y Barroco.
Se sitúa en el extremo occidental del casco urbano. Tiene planta cruciforme y una sola nave, cubierta por un bóveda de medio cañón con arcos fajones y lunetos, recorrida en su arranque por una fuerte cornisa interrumpida por placas recortadas, decoradas por carnosos toques decorativos a base de mascarones y acantos. Tiene una bóveda de media naranja sobre pechinas, donde se concentra una decoración de relieves de estuco con temas vegetales.
En el lateral izquierdo y tiene planta rectangular con dos cortos tramos laterales con bóvedas de medio cañón y una de media naranja sobre pechinas, intensamente decoradas en el central.
Al exterior presenta un rico juego de volúmenes, cuyos parámetros están construidos con mampostería y sillares en los ángulos, a excepción de la torre situada a los pies con rafas de ladrillo y cajones de mampostería. La fachada de los pies esta flanqueada a la derecha por una torre.

Antiguo convento de San Pascual Bailón. S.XVII-XVIII. 
Estilo Barroco-Historicista.
Se sitúa en el extremo septentrional del casco urbano y es una construcción que ha sufrido múltiples transformaciones ya que fue desamortizado poco antes de mediado del siglo XIX, convertido en Cuartel de la Milicia y posteriormente en Cuartel de la Guardia Civil.
El edificio consta de dos crujías en escuadra con paramentos construidos con diversos materiales y distintos tipos de vanos donde no faltan los arcos de medio punto. El conjunto se completa con la Iglesia adosada al lado izquierdo del edificio, tiene planta de cruz latina, de una sola nave con dos capillas laterales abiertas mediante arcos de medio punto de diverso tamaño, la nave se cubre con una bóveda de medio una bóveda de media naranja sobre pechinas viene a cubrir el crucero, mientras que la cabecera, de frente recto lo hace con un medio cañón con lunetos.

Restos de la Alcazaba.
Residencia del rey Boabdil tras su expulsión de Granada.
Restos de las antiguas murallas y torreones.

Ermita de las Ánimas. S.XIX. 
Estilo Historicista.
Situada en el extremo occidental del casco urbano. Es una sobria ermita de pequeñas dimensiones, de planta rectangular, muros revocados y encalados y cubierta a doble vertiente. Su interior de planta idéntica se cubre por una bóveda de medio cañón, en cuyo arranque corre un entablamento salpicado de trecho en trecho por mascarones. Al exterior la fachada principal aparece encuadrada entre un zócalo de mampostería y rafas de ladrillo en el centro se abre la puerta con arco apuntado y rodeada de sillares alternando sin marcar la línea de impostas, por encima, un rectángulo, rodeado de molduras, como para contener una inscripción, se corona por un frontón en cuyo.
centro se dispone una hornacina de arco apuntado y recercado de ladrillo, formando sillares alternantes.

Fuentes del pueblo.

El pilar de la calle Granada. S.XVII. 
Estilo Barroco.
Comprende un amplio pilón rectangular, realizado en piedra y de frentes rectos. Su lado posterior se adosa a un frontis que comprende un amplio rectángulo, rematado en su parte superior por una moldura con perfil de gola, en su parte central lleva incrustada una lápida de mármol con inscripción en donde se alude a la fecha de su construcción, en el año 1688, el agua mana de cada uno de sus extremos del centro de dos recuadros decorativos, en tan mal estado de conservación que apenas se adivina la decoración, se corona mediante un frontón muy deteriorado y actualmente encalado.

El pilar de la Plaza Mayor de la Alpujarra. S.XVII. 

Estilo Barrroco.
Consta de una amplia pila rectangular, fuertemente moldurada, de cuyo lado posterior se eleva un amplio frontal vertical que queda adosado al muro posterior y que constituye la parte más decorada del mismo. la zona inferior es un rectángulo cuya parte baja presenta tres recuadros, los dos extremos con mascarones y en central con una inscripción latina rodeada de un bello marco de temas vegetales, en ellos se sitúan los caños que vierten el agua, una amplia cornisa fuertemente moldurada remata este cuerpo. por encima una especie de ático de lados cóncavos, rematado en un pequeño plinto culminado por una bola en su centro se sitúa un escudo rodeado por un marco con temas vegetales y rematado en una corona.

El pilar de la calle Santo Cristo. S.XVII-XVIII. 
Estilo Barroco.
Comprende dos partes: el pilón rectangular, de rico perfil cóncavo-convexo, cuya parte posterior se adosa al frontis vertical, este se halla rehecho hace poco tiempo, formando un muro de ladrillo que remata en una especie de tejadillo a cuatro aguas, en su centro se ha colocado una placa de mármol, decorada con un escudo rodeado de abundantes elementos vegetales y de cuya parte central mana el agua.

Casa de la calle San Miguel nº 5. S.XVIII-XIX. 
Estilo Popularista.
Es una construcción donde los elementos de carácter popular incorporan otros de clara tradición culta.
Ocupa un solar con importante desnivel y consta de dos plantas de alzado, muros revocados y encalados y cubierta plana de launa con peto provisto de alero de tejas. Particularmente interesante resulta la solución del balcón de la planta principal situado en la esquina de la construcción, que recuerda soluciones similares renacentistas, consta de dos arcos de medio punto algo rebajados apoyados en un columna central toscana y que cobijan dos huecos adintelados, tiene una repisa en escuadra que descansas en una retícula de hierros entrecruzados, rodeada por una sencilla barandilla de hierro que remataba en tres bolas.

Casa de la calle San Miguel nº 11. S.XVII-XVIII. 
Estilo Barroco.
Es una construcción de solar algo irregular, tres plantas de alzado, muros construidos a base de rafas de ladrillo y cajones de mampostería, parcialmente revocados y encalados con alero de tejas. En su interior posee un patio cubierto con cuerpo de luces y galería adintelada con barandilla de madera apoyada en cuatro columnas toscanas. En el centro de la fachada se sitúa la puerta, con un arco escarzano de ladrillo, flanqueado por pilastras toscanas del mismo material, recorridas por un entablamento, sobre cuya cornisa reposa el balcón de la planta principal, este tiene vano adintelado coronado por un escudo y una barandilla del mismo material, terminada en bolas en las esquinas En los ejes extremos hay también ventanas de vano adintelado coronado por un escudo, con una barandilla de hierro terminada en bolas en las esquinas.

Casa de la calle Granada. S.XVIII. 
Estilo Barroco.
Alcanza tres plantas de alzado sus muros estan construidos a base de rafas de ladrillo y cajones de mampostería, actualmente revocados y encalados y su cubierta es plana, de launa con un alero de tejas. Su interior se organiza en torno a un patio central cubierto con un cuerpo de luces. Su fachada presenta tres ejes de vanos en los dos piso inferiores, y una galería abierta en la última planta. La planta baja posee rejas. La puerta principal se rodea por un marco de cantería en cuyas jambas y dintel se desarrolla una inscripción, completándose la decoración con cruces y rosetas.
La planta principal tiene tres balcones con vano adintelado y sin decoración, de los cuales los de los ejes extremos tienen repisas rectangulares más curva semicircular en el centro rodeadas por barandillas del mismo perfil con bolas en las esquinas, mientras que el central la tiene solo rectangular y reforzada con tres hierros, rodeada por barandilla de hierro con bolas en los ángulos, se corona por medio de un escudo. La galería del último piso presenta arcos de medio punto de ladrillo flanqueados por pilastras toscanas recorridas por un entablamento.

El Ayuntamiento. S.XVIII. 
Estilo Neoclásico -Popularista.
Preside la plaza del Generalísimo y es una construcción de planta rectangular y tres pisos de altura, cuyos muros están construídos a base de rafas de ladrillo y cajones de mampostería, excepto el de la fachada principal, todo el de ladrillo, tiene cubierta plana y alero de tejas. Su interior se organiza en torno al espacio central ocupado por la escalera.
La fachada principal presenta una ordenación de pilastras de ladrillo con tres arcos de medio punto también de ladrillo, existe un pórtico a nivel de la planta baja y dos galerías abiertas en los dos niveles restantes. La puerta principal se rodea de un ancho marco terminado en una estrecha cornisa y coronado por una placa con inscripción donde se alude a la fecha de su construcción, año de 1972, un escudo sobre el vano central del piso principal y otro recuadro para lápida en el mismo eje y en la última planta completan la decoración.

Laroya, El, 54º de los 103 pueblos de Almeria.

 Laroya.  Por orden alfabético el 54º de los 103 de la provincia de Almería.

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En mi reto de hacer los 103 pueblos de Almería en bici, hoy Laroya.

Situado en la comarca Valle de Almanzora, en plena Sierra de los Filabres, este pueblo se extiende a lo largo de una ladera, en terrenos montañosos y agrestes en los que los cultivos predominantes son el olivo y el almendro. 

Del conjunto urbano destaca la Iglesia parroquial.

HISTORIA

Hablar de Laroya supone hacerlo a la vez de Macael y hallar datos al respecto como si del Guadiana se tratase, ya que lo cierto es que hay bastantes luces sobre los avatares de este municipio en algunos puntos de su historia, y bastantes tinieblas, por no decir una oscuridad completa, en otros. Los primeros datos sobre Laroya se remontan a la época musulmana, que señalan este lugar como una zona próspera y rica en la comarca del mármol.

Su ubicación entre sierras hace creer, según la tradición, que el nombre de Laroya provenga de un término árabe que significara cazuela u hoya. Tras la Reconquista de los Reyes Católicos se concede por éstos, y a través de una cédula real de 1501, el privilegio de ciudad a Laroya. Este hecho obedeció a que Isabel y Fernando decidieron regular el régimen político y jurídico de Baza, Purchena y las ciudades limítrofes, entre las que se halla Laroya.

Un municipio que es anexionado por Baza en ese mismo año y también por medio de una cédula real de los Reyes Católicos. La población de Baza se anexionó junto con Laroya los municipios de Zújar, Freila, Caniles, Cúllar y Macael. Los investigadores han mostrado su extrañeza por la anexión de Macael y Laroya, ya que eran las más distantes de Baza.

Se piensa que este hecho obedecía a que, dada la riqueza de sus canteras, el concejo de Baza las tuviera en cuenta y decidiera anexionárselas. Tras su inclusión en el término de Baza, el municipio de Laroya sufrió los avatares de la historia de aquel entonces, y se vio inmersa en la revuelta de los moriscos, lo que llevó a la repoblación con nuevos habitantes.

En el Libro de Repartimientos de Laroya, que se conserva en el Archivo de la Real Chancillería de Granada, se da cuenta de la necesidad de repoblar los lugares despoblados, de acuerdo con la provisión real de 26 de enero de 1579.

El Concejo de Población determinó que la localidad se poblara con 12 vecinos, que fueron los que realizaron de acuerdo propio el reparto de la localidad.

La pobreza de algunos municipios y la ausencia de una industria consolidada y asentada llevó a muchos almerienses a las puertas de la emigración. Así, abandonaron sus pueblos y fronteras naturales para dirigirse al Norte de España, zona rica e industrializada donde poder hallar trabajo y un sueldo digno para el sustento de las familias, muy numerosas por aquel entonces.

El descenso claro y manifiesto de la población se puede comprobar con un censo de la localidad realizado en el siglo XVII, el cual mostraba que en Laroya había cerca de 400 personas, que se repartían en 90 casas.

También se especificaba que entre los profesionales del pueblo había un escribano, un estanquero, un sangrador, un barbero, un especiero, un herrero, dos alpargateros, además de unas 70 personas que se dedicaban a la agricultura y a la ganadería.

Se contaba con 33 olivos, 1.694 morales, 213 higueras y 1.078 almendros, así como 74 cabezas de vacuno, 690 de cabrío, 375 de cerdo, 88 de asnar y mular y 32 colmenas.

En la actualidad el pueblo cuenta con un incremento importante de la población en verano, ya que muchos de sus naturales o los hijos de éstos se desplazan hasta el municipio para pasar sus vacaciones de estío y celebrar la festividad del patrono San Ramón Nonato.
Los vecinos de Laroya tienen una gran devoción a su patrón, que se venera en la iglesia parroquial de la localidad. Una sede eclesiástica ubicada en el centro del municipio y cuyo solar primero se erigió en el siglo XVII con el estilo propio de aquel entonces por esa zona: el mudéjar.

Lo curioso de la construcción de aquella iglesia fue que, dado lo escarpado e intrincado de los caminos, era complicado y costoso el traer ladrillos desde otros lugares. Por ello se decidió realizar estos ladrillos en el mismo pueblo, y para tal fin se levantó una tejera a orillas de su río, para poder crear los bloques necesarios para erigir el templo parroquial.

Instinción, El, 53º de los 103 pueblos de Almeria.

 Instinción.  Por orden alfabético el 53º de los 103 de la provincia de Almería.

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En mi reto de hacer los 103 pueblos de Almería en bici, hoy Instinción.

El municipio de Instinción pertenece a la comarca del Valle Medio del Andarax, situado en un paisaje accidentado e irregular de terrenos semidesérticos de escasa vegetación, salvo en las zonas de regadí­o dedicadas a la agricultura, especialmente de la uva.

Gracias al esplendor uvero se construyeron algunas casas en el pueblo de estilo burgués, aunque la mayorí­a de la población conserva el aspecto caracterí­stico de los pueblos almerienses de origen árabe, presididos por una iglesia mudéjar.

Historia

Instinción se constituye de forma alargada sobre una elevación privilegiada a la ribera del río Andarax, vigilante de sus huertos y bancales que invaden los márgenes del valle del río. Rodeado de vegetación y cultivos, este pueblo de extraño topónimo se forma históricamente con los demás enclaves del río Andarax. Tradicionalmente le han supuesto un origen latino a su nombre, aunque no se puede afirmar, y si se constatara este significado el origen del pueblo tendría un origen romano, probablemente en la época de Augusto, estando Hispania romanizada.
Pero también se argumenta que Instinción es el nombre de una princesa musulmana de la familia nazarí. Aunque si se puede asegurar que fue una alquería musulmana durante la Edad Media, al ser un enclave privilegiado junto a tierras fértiles y estratégico en el camino de la Alpujarra. En el período musulmán se le conocerá como Estançihum, y a partir del siglo XIII - XIV se inscribe como uno de los diez lugares que forman la Taha de Marchena. Marchena fue la fortaleza principal donde residía el gobernador, normalmente fue el feudo nazarí de la familia Al-Nayar o Infantes de Almería.
Con el fin de la reconquista a finales del siglo XV, comienza la historia moderna de Instinción, la antigua Taha de Marchena es concedida a Don Gutierre de Cárdenas y Chacón por los Reyes Católicos, en 1504, como recompensa por su ayuda prestada durante el conflicto ocupacional del Reino de Granada. El nuevo Señorío de Marchena lo integran las diez alquerías de la vieja Taha, siendo Instinción una de ellas; posteriormente, al hijo de Don Gutierre se le concede el ducado de Maqueda, dando nombre a la comarca durante tres siglos.

Con el nuevo poder político y religioso se realizan construcciones de nuevo cuño que castellanizan la vieja alquería, como su iglesia parroquial, de estilo mudéjar (siglo XVI), dedicada a San Juan Bautista, aunque el patrón del pueblo es San Sebastián. El templo pertenece a la tipología de iglesias con capilla mayor diferenciada por un arco toral de la nave central, resaltando sus armaduras de la techumbre, sobre todo las de la capilla mayor, y es una de las más interesantes de la provincia por el paño ataujerado de lazo de ocho, que la cubre. Interesante también es la puerta cegada con alfiz que se encuentra en un lateral.

El siglo XVI estuvo caracterizado por intensos cambios políticos, sociales y religiosos, más la rebelión de los moriscos, que acaba con el estallido final de 1568 y su definitiva expulsión en 1570, quedando Instinción despoblada y los campos abandonados, hasta su posterior repoblación en 1574 por cristianos viejos, tras la Pragmática de Felipe II, de los cuales son descendientes la población actual. El XVII será un siglo de transición de esta crisis económica y demográfica para estabilizarse en el siglo XVIII. El siglo XIX caracterizará el perfil del pueblo, siendo los hechos más trascendentales el liberalismo con la abolición del Señorío de Maqueda y Arcos en 1835 y el enriquecimiento que genera el cultivo de la uva de Ohanes.
El primero concede un nuevo régimen de independencia al municipio a nivel jurídico y administrativo y el segundo inicia un notable crecimiento poblacional y constructivo que aún podemos admirar en sus casas decimonónicas de carácter burgués a lo largo de la calle principal del pueblo. De esta época también es la ermita dedicada a los Santos Cosme y Damián, construida en 1842, y su Ayuntamiento, que, debido a la reforma que ha sufrido, sólo su columnata y capiteles son de estilo ecléctico.
Los inicios del siglo XX, a partir de la segunda década, irrumpen con tensiones sociales, paro y una fuerte sequía que enlaza con la Guerra Civil, período que transcurre con las dificultades propias del momento, acentuadas en la posguerra. Tras la muerte de Franco comienza el período democrático, configurándose Instinción como un pueblo emprendedor y esforzado para paliar los problemas comunes de la zona, como la sequía y la despoblación.
En estos últimos se años han llevado a cabo reformas y arreglos que han mejorado la imagen del pueblo, como la plaza central y los pequeños jardines adyacentes.