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miércoles, 30 de octubre de 2024

Huécija, El, 49º de los 103 pueblos de Almeria.

 Huécija.  Por orden alfabético el 49º de los 103 de la provincia de Almería.

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En mi reto de hacer los 103 pueblos de Almería en bici, hoy Huécija.

Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Andarax, que se extiende por las faldas de la Sierra de Gádor dentro de un precioso paisaje que incluye fértiles huertas de parras y frutales, y terrenos desérticos. Entre todo ello se levanta el núcleo urbano, uno de los pueblos más aristócrata de la provincia, en el que sobresalen la Iglesia Parroquial y el Convento de los Agustinos.

Historia

Huécija es el pueblo de perfil más aristócrata y monacal de la comarca, consecuencia de haber sido cabeza y capital de un señorío a lo largo de cuatro siglos. El significado de su topónimo es oscuro como su origen, si es latino o árabe, aunque se constata que en época musulmana era llamado Guacimora, Güecixa y Güécija.

El primer asentamiento cultural de la villa probablemente sea de origen romano, ya que al encontrarse a la vera del Cerro Marchena, donde se instala una villa romana, tuvo que haber un contacto y aprovechamiento de sus recursos naturales.

En época musulmana, durante la Edad Media, la primera mención de la alquería se inscribe dentro de la actividad colonizadora y fundación en el territorio de Urs al-Yaman (nombre de la zona desde Pechina, cuando ésta era el centro urbano más importante, traducido por Urci de los yemeníes o tierra dada a los yemeníes), de asentamientos de poblaciones hacia el año 891.

Posteriormente, cuando Al Ándalus queda reducido al reino nazarí, a partir del siglo XIII, Huécija se integra como uno de los diez lugares que formaban la taha de Marchena, siendo Marchena la fortaleza más importante donde residía el gobernador. A finales del siglo XV, tras la rendición de Baza y las Capitulaciones de Almería en 1489, la taha de Marchena pasa como recompensa a Don Gutiérrez de Cárdenas y Chacón, siguiendo la costumbre de los Reyes Católicos de ceder señoríos a los nobles que participaron en la Reconquista.

Este antiguo y nuevo señorío que se cedió en 1494 al señor de Cárdenas se componía, según el documento de donación, de diez lugares, Zodun (Alsodux), Alhabiati (Alhabia), Terque, Bentarico (Bentarique), Ylar (Illar), Alhama, Estancihun (Instinción), Ragol, Alicún (posiblemente un barrio de Huécija) y Huécija como la capital.

Sólo Huécija y Terque tienen categoría de villas; en la primera residía el gobernador y administrador de los señores de Cárdenas, siendo su hijo Diego de Cárdenas y Enríquez nombrado primer duque de Maqueda. Su madre, doña Teresa Enríquez, es una figura muy peculiar en la comarca, llamada por el Papa Julio II «la loca del sacramento», por su promoción de las procesiones del Corpus y por ser la patrocinadora y encargada de la fundación de conventos e iglesias en esta tierra de mezquitas y alminares.

Cabe destacar el Convento de los Agustinos, por su magnífica torre, única en la comarca. Fundado en 1511, es una construcción de cantería, con una estructura similar a las atalayas, pero de mayor dimensión, la cual se adosaba a otro edificio como refugio defensivo.

El convento fue saqueado en 1568 por los moriscos, siendo la iglesia actual una reconstrucción del siglo XVIII. La iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación fue construida también en el siglo XVI, en estilo mudéjar, pero es un templo que ha sufrido daños y añadidos posteriores de estilo barroco y neoclásico.


El siglo XVI finaliza con la última rebelión de los moriscos, su derrota y definitiva expulsión, en detrimento de la economía y demografía de Huécija, que no se recuperará hasta el siglo XVIII. El siglo XIX irrumpe con el liberalismo, siendo el hecho más trascendental para la villa la abolición del señorío de Maqueda y Arcos en 1835, factor que determina un nuevo régimen de independencia para el municipio y autonomía para nombrar un alcalde y un regidor en el pueblo.

En su nuevo régimen, Huécija se desarrolla con un aumento poblacional y económico, debido a la riqueza que genera el cultivo de la uva de Ohanes, enlazando con el actual siglo para entrar en una época de dificultades e inestabilidad propias de una guerra civil.


Convento de los Agustinos

Descripciones generales y arquitectónicas: Presenta una planta de cruz latina con capillas hornacina, sobre las que existen tribunas comunicadas por atajos y con el coro alto situado a los pies. Su alzado ofrece una superposición de arquerías en los tramos marcados por las pilastras. La nave se cubre con una bóveda de medio cañón con lunetos y el crucero con una cúpula sobre pechinas. La capilla mayor muestra una planta poligonal y bóveda e cinco paños con profundos lunetos. La decoración, que se concentra en el crucero y la cabecera, presenta un amplio repertorio de estucos policromados y motivos pintados, todo ello dentro del gusto barroco. A los pies se dispone una portada adintelada de cantería en la que destaca los clavos con cabezas en forma de corazones. La portada lateral comprende un vano de medio punto entre retropilastras y medias columnas toscanas sobre plintos, recorridas por un entablamento; sobre este un frontón roto y una hornacina. En su fábrica se utilizó cantería, mampostería y aparejo mixto de ladrillo y cajones de mampostería. Arrimado al costado del evangelio se conservan muy transformados algunos restos del antiguo convento y a los pies de la iglesia se conserva la antigua torre-fuerte, un impresionante volumen cilíndrico de cantería que ostenta un gran escudo de los duques de Maqueda.

Aspectos Históricos: El convento de Padres Agustinos de Santa María de Jesús de Huécija fue fundado por doña Teresa Enríquez en 1511 para que los religiosos “trabajen de dotrinar e instruir a los nuebamente convertidos de aquella mi tierra en las cosas de nuestra Santa Fe”. La primitiva iglesia conventual contaba con una torre-fuerte de cantería que no evitó que fuera saqueado el convento durante la rebelión de los moriscos. A partir de 1723 se reconstruye la iglesia, con un proyecto concebido por Simón López de Rojas y aprobado por Gaspar Cayón, maestro mayor de la catedral de Guadix. Las obras se suspendieron en 1728, iniciándose un pleito entre los agustinos y Simón López, que desencadenó el abandono de los planes de éste y la introducción de importantes modificaciones en las que interviene el propio Gaspar Cayón. Tras la desamortización, el convento pasó al Estado y la iglesia se utilizó como parroquia auxiliar. A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX se edificó un cuerpo exagonal de ladrillo sobre la antigua torre-fuerte. Fue habilitada como cárcel durante la Revolución de los Coloraos de 1824.

En la actualidad el “Convento de los Agustinos”, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento según el Decreto 81/1992 de 19 de mayo de la Consejería de Cultura y Medio Ambiente, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de la provincia de Almería. Está siendo restaurado su interior intentando recuperar los aspectos más significativos e identificativos de su pasado, tales como pinturas, reconstrucción de aspectos decorativos, restauración de maderas, etc, a través de la financiación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

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