Oria. Por orden alfabético el 69º de los 103 de la provincia de Almería.
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En mi reto de hacer los 103 pueblos de Almería en bici, hoy Oria.
Tiene una altitud de 1022 metros, lo que propicia que en días muy despejados pueda verse el mar. Está rodeada por los municipios de Chirivel, Partaloa, Albox, Campillo de Purchena, Olula del Río, Finés, Lúcar y Somontín. En su parte noroeste limita con Cúllar, de la provincia de Granada, con la que siempre ha tenido contactos comerciales, sobre todo de la cerámica granadina, muy apreciada por los orialeños.
El clima es Mediterraneo, en invierno las temperaturas descienden incluso por debajo de los ceros grados, lo que da ocasión para bonitas estampas de nuestro pueblo bajo la nieve. Otra de las características son los vientos que se soplan con frecuencia durante todo el invierno. Paulatinamente van subiendo las temperaturas hasta los meses estivales en los que se llega a una media de 27 grados, en los que se puede disfrutar de noches frescas, ya que desde el atardecer las temperaturas descienden.
Historia.
Los orígenes de Oria se remontan al año 3.000 A. C., cuando una oleada de emigrantes que ya conocían el cobre, se asentaron en las desembocaduras de los ríos Antas y Almanzora. Pronto ascendieron estos cauces estableciéndose por estos territorios. Provenían del Septentrión africano y eran una mezcla de los primitivos pobladores de este sector con los saharauis que se habían visto obligados a emigrar al desecarse el Sáhara. Estos hombres, asentados por nuestras tierras, se dedican a la agricultura y materia ganadera, introducen el "Onagro" (asno africano), y se dedican a la explotación del cobre, encontrando en la Rambla de Oria algunas vetas. Para sus adornos utilizan conchas, huesos, piedras y ámbar.
Sobre el año 2.200 A. C. se detecta en el valle un encuentro violentísimo, se trata del regreso de los megalíticos, portadores de un vaso campaniforme de gran perfección; luchan contra los mineros del Almanzora, que sobreviven en algunos poblados gracias al cobre. Algunos de estos conviven con los megalíticos, otros no soportando la derrota emigran a sus tierras de Cataluña.
En la Rambla de Oria se encuentra el poblado de El Picacho, pertenece a la época argárica y se alza en la margen izquierda de la Rambla de Oria, en la zona en que esta se estrecha por el Norte formando las Bocas de Oria y se ensancha por el Sur para formar los Llanos. El Picacho se eleva 900 m. sobre el ni vel del mar, se orienta de Norte a Este, es inaccesible por el costado que mira al Oeste y cae cortado a pico sobre la Rambla, y domina la entrada del referido desfiladero de las Bocas de Oria. Todo el material cerámico encontrado aquí se caracteriza por su pasta hecha a mano con desgrasante de mica y cuarzo y por carecer, de decoración.
También se ha encontrado otro asentamiento de la época argárica dentro del término de Oria, en la Cortijada conocida como el Villar, en un cerro que se conoce como "El Castellón", ya que hay también unas ruinas de una fortaleza árabe. En definitiva, en El Castellón ha estado asentado todo lo prehistórico y lo protohistórico, y lo histórico anterior a la dominacion cristiana.
A finales del siglo XV, en junio de 1492, los Reyes Católicos cedieron los territorios de Oria y sus derechos a don Juan Chacón, yerno que fue del adelantado don Pedro Fajardo de Quesada. Tras la muerte de don Juan en 1503, Oria pasó a su segunda esposa, Doña Inés Manrique, quien la vendió en 1515 a Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez.
Esta villa era pobre y su tierra estéril, no se podía recoger ni aceite ni cera. La rebelión morisca de finales del siglo XVI también tuvo como escenario la Cuenca del Almanzora; así en Oria el Maleh formó una cuadrilla de 150 hombres, bajo el mando de Sebastián Elquagaci, y la mandó para provocar el levantamiento de los pueblos cercanos. Especialmente dramática fue la actuación realizada en Albox, donde mataron a 40 cristianos viejos, apresaron a 13 mujeres y a dos jóvenes, y saquearon sus casas.
Aparte de las bellas perspectivas sobre el valle y la sierra, Oria ofrece al visitante el interés histórico de su basílica de la Merced, la iglesia de la Sagrada Familia (siglo XVI) y el Caserío de los Cerricos. Se dice que fue en Oria donde se construyó el primer templo parroquial de la zona, correspondiendo éste a la iglesia de San Gregorio Ostiense.
La Basílica de nuestra Señora de las Mercedes es uno de los edificios más emblemáticos de nuestro municipio. Se inició su construcción en 1767 por mandato del X Marqués de los Vélez, terminándose en 1779 bajo el marquesado de su hijo.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1999, lo que la dota del mayor grado de protección patrimonial, recientemente se han restaurado las decoraciones pictóricas del interior, esto unido a las restauraciones realizadas en 1992, ha dado como resultado una recuperación integral de los valores artísticos del edificio, consolidándose como uno de los edificios más representativos del Barroco almeriense.
Dentro de Oria se encuentran otras dos construcciones religiosas: la Ermita Vieja y la Ermita de San Gregorio, patrón del municipio. La Ermita Vieja se erigió sobre restos de la antigua mezquita, en el siglo XVI. La Ermita de San Gregorio, ubicada en la salida de Oria a Cúllar, pertenece al siglo XVII, destacando el estilo mudéjar.
En la pedanía de los Cerricos se encuentra la Iglesia de San Bartolomé, un edificio del siglo XIX. Del mismo periodo y estilo es la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes de la Rambla de Oria.
De la época árabe se conservan varias torres vigías. Las mejores conservadas son las ubicadas en la Rambla de Oria y en la barriada del Villar. En las inmediaciones del Villar también se encuentran los restos del Castillo de la Balsa Vieja y el Fuerte de Olías. Esta última construcción conserva varios lienzos de muralla almenada. De este mismo periodo son los restos de la alcazaba, actualmente ha sido acondicionado el enclave en el que se sitúan, facilitando el acceso y construyendo un mirador.
Se conservan importantes testimonios de arquitectura tradicional destacando los molinos harineros, de los que quedan numerosos ejemplos. La Casa de la Tercia, del siglo XVIII es un testimonio de la época en que Oria perteneció al marquesado de los Vélez.