domingo, 10 de julio de 2022

Sendero Luis Siret PR-A 427

II - RUTA SOLIDARIA, NOCTURNA CASTILLO VILLARICOS 
Organiza Asamblea de la Cruz Roja Vera y colabora Ayto. Cuevas del Almanzora

Un año mas y esta vez si he podido asistir a este sendero que solidario y muy entretenido me ha mostrado el yacimiento Fenicio, los saladeros de pescado o sus restos y gran parte de la zona minera así como la casa de Luis siret, haciendo un poco de resumen.

En compañía de mi hijo mayor, universitario y futuro arqueólogo nos unimos a los mas de 150 participantes que nos reunimos junto al Castillo de Villaricos ( Torre de Cristal),
se encuentra en la orilla izquierda de la desembocadura del río Almanzora. Su construcción responde al objetivo del rey Carlos III de defender las costas españolas y más concienzudamente las del Reino de Granada por los ataques de piratas así como el temor a Francia e Inglaterra por sus continuos enfrentamientos con España. Fue costeada por Joaquín de Luna y Zapata, noble del regimiento de caballería, a cambio de su ascenso a capitán. Fue José Crame el encargado en 1765 de diseñar las defensas de esta costa con un sistema de fuertes y torres de vigilancia, apoyado por una escuadra de galeras que vigilaban también el espacio marítimo.

La torre es de planta de herradura muy semejante a la de Macenas y la de Mesa de Roldán. La cara al mar tiene forma de talud que termina en ángulos en la fachada principal, tiene once metros de altura con una superficie inclinada y curva que mitiga en parte el impacto de los posibles proyectiles y está dividida en dos plantas y una terraza con dos baluartes cubiertos con torrecillas aspilleradas. Fuentes literarias antiguas atestiguan la ubicación de un cañón de hierro cuya carga de munición era de ”dos de a doce”.

El acceso a la torre era por una escalera de cuerda. Una vez dentro a la derecha había una pequeña estancia para el cabo y a la izquierda ocho escalones que bajan al cuartel de planta semicircular con techo abovedado. Desde este piso está el acceso a la terraza y bajo este se encontraba el almacén de artillería y munición (hoy en día es la entrada principal al Punto de Información Turístico) también con techo abovedado.
En sus inicios la dotación la constituían un cabo, tres torreros y uno o dos soldados de artillería. Cuando detectaban movimientos extraños en la costa daban aviso por medio de hogueras y fumarolas que se divisaban en los puestos más cercanos.

Con el tiempo, superados los posibles ataques costeros, fue abandonada y más tarde utilizada como puesto de la Guardia Civil hasta su total abandono. A principios de los 90 fue adquirida por el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, siendo rehabilitada para utilizarla como punto de Información turística y sala de exposiciones.

Horario Punto de Información Turística de Villaricos

De martes a sábado mañanas de 10:30 a 13:00 y tardes 18:00 a 20:00
Domingos de 10:30 a 13:00 (Invierno tardes de 17:00-19:00)

En las misma puerta como veréis en las fotos una multitud de voluntarios de cruz roja nos repartían, frutos secos, acurius, chocolatinas y fruta. Aquí con algunos voluntarios amigos y compañeros de cruz roja.
Iniciamos el sendero rodeando los salazones de pescado o sus restos que se encuentran detrás del castillo así como un antiguo bunquer recuerdo de la guerra civil. Con vistas al mar en total calma nos dirigimos hacia la cala de Luis Siret, dejamos la cala atras y pasando por el cruce rotonda de entrada a Villaricos nos dirigimos hacia el yacimiento Fenicio.
 
En Necrópolis Fenicia de Villaricos, ( La ciudad de Baria (Villaricos) fue fundada por los fenicios en el S.VII a.C, atraídos por la plata que ofrecía Sierra Almagrera, por sus tierras fértiles, sus abundantes recursos pesqueros y su buena situación estratégica. Siglos después se vio involucrada en la Segunda Guerra Púnica (209 a.C) y fue sitiada y conquistada por Publio Cornelio Escipión, apodado El Africano. Este hecho hizo que pasara a ser municipio romano.

La historia de Villaricos se atestigua además de las fuentes literarias antiguas por los vestigios encontrados en las diferentes excavaciones arqueológicas, desde las que emprendió Siret a partir de 1890 hasta las repartidas por todo el siglo XX.

Su necrópolis, con más de 2.000 tumbas excavadas hasta el momento, muestra al público los hipogeos, tumbas familiares de personajes ricos excavadas en la roca.)


Visita muy recomendable ya que su centro de interpretación al entrar esta muy documentado para ponernos en contesto a lo que vamos a ver, una vez en el recorrido podremos contemplar 5 hipogeos de los muchos que fueron excavados ( mas de 50 según nos contaron en la explicación) por Luis Siret, y que muchos se han derrumbado. También podemos contemplar dos bocas de túneles por los que pasaban el mineral a la playa, la tracción utilizada para las vagonetas recibía el nombre de “a sangre” (tirada por animales), práctica muy habitual a finales del S.XIX y principios del S.XX por su bajo coste económico comparado con el coste de una locomotora. Debido a la realización de estos túneles se encontraron las primeras tumbas.

Las investigaciones de este sitio arqueológico comienzan ya en el siglo pasado, identificando las ruinas de Villaricos con la «antigua Baria», gracias al hallazgo de una inscripción romana del siglo III d. C. en la que la Respublica Bariense hace una dedicación al emperador Filipo.

Los estudios de Siret y Astruc ofrecen una primera clasificación de los enterramientos de Villaricos en función de su tipología constructiva y el ritual funerario utilizado. A partir de 1975 y hasta 1982, la Dra. Almagro reanuda las excavaciones en la necrópolis, siendo éstas publicadas en parte, lo que permite confirmar que una parte de la necrópolis, la situada en la colina más próxima a la ciudad púnica en dirección norte, se encuentra intacta. Se trata de 39 enterramientos de incineración tardíos, datables entre los siglos III a. C y I d. C.
A partir de los trabajos de Siret, la investigación arqueológica había situado tradicionalmente a Baria como una de fundación cartaginesa dedicada a la explotación de las minas de las Herrerías y al comercio. Las recientes excavaciones de urgencia, así como la revisión de materiales arqueológicos procedentes de las antiguas excavaciones han puesto de manifiesto que, en realidad, Baria fue fundada en el siglo VIII a.C. como una colonia fenicia más dentro del amplio fenómeno colonizador registrado en el litoral del Sur peninsular y del Mediterráneo centro-occidental.
Por su emplazamiento y patrón de asentamiento utilizado, similar al que se observa en todas las colonias fenicias del VIII a. C., Baria sería centro colonial desde el cual se dirigían una serie de actividades encaminadas a la explotación de los recursos agrícolas y mineros del Bajo Almanzora. Con la llamada «crisis del siglo VI a. C.» en el sistema colonial fenicio occidental, Baria pasaría a constituir una ciudad estado independiente, dotada con sus propias instituciones. Entre los siglos V y III a. C., la necrópolis bariense refleja el momento de apogeo experimentado por la ciudad, como lo demuestran los ajuares localizados en las tumbas.
Con la llegada de los romanos a Hispania en el 218 a. C. durante la Segunda Guerra Púnica, Baria iba a sufrir un cierto declive. Gran parte de la ciudad fue destruida durante el asedio de Escipión, como pudo documentar Luís Siret en sus excavaciones. A raíz de ello, parte de la ciudad se trasladó a cotas más bajas junto al río Almanzora, en lo que actualmente se conoce como paraje de los Conteros. No sería hasta el último cuarto del siglo I d. C. cuando Baria se incorpora al Imperio romano, bajo la dinastía Flavia. Por último, en época tardorromana y bajo dominio Bizantino del Sureste peninsular en el siglo VI d.C., Baria siguió siendo un importante núcleo de población, ahora más replegada a las alturas del Cerro Montroy. En dicho cerro se han realizado en los últimos años excavaciones arqueológicas que se han centrado fundamentalmente en su sistema defensivo, cuyos datos unidos a las excavaciones realizadas por Siret lo sitúan en época altomedieval, entre los siglos IV y VII d. C. Aunque la ocupación humana del cerro de Montroy podría relacionarse con la presencia visigoda en Hispania.

Salimos del recinto y nos dirigimos por asfalto y contemplando desde abajo el asentamiento romano. Llegamos hasta un cruce donde reagrupamos a la gente y cruzamos para seguir por la vía verde de la rambla de canalejas. Vamos ascendiendo hasta llegar a las instalaciones mineras de El Arteal, que se ubican cerca de Herrerías (Cuevas del Almanzora). Es un conjunto industrial compuesto por un desagüe, un poblado minero, un lavadero de flotación, el socavón minero de Santa Bárbara, un ferrocarril y dos edificios de duchas para los trabajadores. Las instalaciones mineras de El Arteal se ubican al pie de la vertiente occidental de Sierra Almagrera, en la rambla homónima, a dos kilómetros al oeste de la pedanía de Herrerías, perteneciente al término municipal de Cuevas del Almanzora.
Se trata de un conjunto industrial compuesto por el Desagüe de El Arteal (1894-1912) y las instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera, S.A. (1945).
El mencionado desagüe se encuentra situado a la entrada del conjunto industrial, y está compuesto por un pozo de 120 metros de profundidad, con bombas instaladas en el fondo.
Junto a la boca de salida del desagüe se encuentra la nave principal de la central de transformación de Minas de Almagrera, S.A., y la chimenea de las antiguas calderas que mantenían en funcionamiento las máquinas.
De las instalaciones mineras construidas por la compañía Minas de Almagrera, S.A., destaca el lavadero de flotación, el socavón de Santa Bárbara (1949), el ferrocarril minero del socavón de Santa Bárbara, los dos edificios circulares de hormigón armado destinados a las duchas de los trabajadores, el pueblo minero ubicado en el llano de El Arteal.
El poblado minero se compone de un total de 20 bloques de viviendas colectivas, distribuidos en tres filas, escuelas y economato. Destaca la decoración del borde de los hastiales de cada uno de los bloques y el uso decorativo de las ranuras de ventilación de la cubierta.
También son interesantes los elementos de forja tales como las letras que enmarcan la entrada de las escuelas, los nombres de las calles o el anagrama de la compañía Minas Almagrera, S.A., de la central de transformación.
Tomamos direccion en ascenso pronunciado hacia el mirador de la Alianza don se encuentra la mina del mismo nombre, el castillete metálico, único ejemplar de estas características de toda la provincia de Almería, es todo lo que se conserva de este pozo, probablemente levantado en la época en que la Sociedad Minera de Almagrera explotó los ricos yacimientos argentíferos y férricos de Las Herrerías, entre 1900 y 1926. 
El pozo Alianza, situado en el montículo que domina la población, daba acceso a las labores de interior que, en su día, comunicaban prácticamente todas las galerías de la zona. En 1870, época en la que se produjo el “boom” de registros mineros en Las Herrerías, la extensión ocupada por estos llegó a superar las 100 hectáreas. Alianza lindaba con las minas Santa Lucía, Tres Naciones, Verdad y Julia, y Remedios.

Un Poco de Historia de las Herrerias:
Los primeros asentamientos en la zona datan del Calcolítico. La
 primera prueba de la fundición de metales en toda Europa fue un horno hallado por el ingeniero y arqueólogo Luis Siret en Las Herrerías, concretamente en la zona de Almizaraque. Otras poblaciones asentadas en la zona en época más reciente fueron los fenicios, los cartagineses y los romanos.

Será casi dos milenios después cuando el descubrimiento en 1839, del filón de plomo argentífero del Barranco del Jaroso, en Sierra Almagrera, provocase el interés en la zona y la creación de nuevos núcleos urbanos. Es en 1850 cuando se crea la fundición de la Atrevida –de la que aún se conserva el arco de entrada– en el paraje de Las Herrerías, y a su alrededor comienza a configurarse el núcleo de población actual. La zona conformaba un enclave peculiar, dibujado de montañas de escoriales de origen desconocido, que se cree que datan de las explotaciones romanas y cartaginesas. En 1870 se descubrió dentro de los escoriales del cerro Virtud, plata nativa que explotaron los fenicios, pues no conocían las aleaciones de los minerales, solo conocían los minerales puros.

El descubrimiento de la plata nativa en los escoriales provoca el auge de la minería en el pueblo, con la formación de múltiples empresas mineras y la apertura de diversas explotaciones. Las más rentables fueron las minas de Guadalupe, Petronila, Unión de Tres, Iberia, Santa Matilde y Virgen de las Huertas. Por otro lado, también comenzaron un rico criadero de hierro manganesífero a cielo abierto.

El 20 de mayo de 1884 una gran riada desbordó el río Almanzora e inundó estas minas, provocando grandes pérdidas materiales y humanas. A partir de este hecho el sueño de la plata fue desvaneciéndose paulatinamente.

En 1885, gracias a la visión empresarial y social de Luis Siret, se inauguró en Las Herrerías el primer ferrocarril de la provincia de Almería, que llegaba hasta la costa y funcionaba con tracción a motor, con el propósito de dar salida de forma económica al hierro extraído. Se le debe también a Siret la creación del hospital del pueblo, las escuelas, la central eléctrica y la llegada del agua corriente.

Es también una época protagonizada casi en exclusivo por la titánica tarea de desaguar las minas tras la riada de 1884.

Se produjo más tarde un nuevo intento de rentabilizar las minas de plata de Las Herrerías con la utilización pionera en la provincia de la extracción por cianuración, pero los criaderos de plata se encontraban prácticamente agotados, lo que reafirmó la hegemonía de las explotaciones de hierro, a las que el pueblo siempre deberá su nombre.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial la minería del hierro entró en crisis, lo cual afectó profundamente a las minas de Las Herrerías. Hasta finales de los años 50 la empresa pública Minas de Almagrera intentó reimpulsar el sector, manteniendo en activo el ferrocarril, que finalmente fue totalmente desmantelado.

En las últimas décadas del siglo XX y principio del siglo XXI se extrajo sulfato de bario –barita– a gran escala de las minas de Las Herrerías situadas junto a la antigua Roza de Santa Matilde. Esta cantera de barita fue descubierta por el geólogo palestino llamado Ali Mahmud Ali-Mahmud (Palestina 1945- Mojácar 2021).

En los años más prósperos de la minería el pueblo llegó a contar con dos iglesias (de las cuales se conserva la Iglesia de la Sagrada Familia), un economato, farmacia y cine, entre otros servicios. El emplazamiento de la plaza Mayor del pueblo se encuentra en el lugar donde históricamente se encontraba la plaza del Mercado. En el emplazamiento donde se levantaba el cuartel de la Guardia Civil, en la actualidad se encuentra el salón social de Las Herrerías, lugar de reunión por parte de los vecinos. Aún siguen en pie viviendas y edificios de la época minera como la casa de Luis Siret, así como son visibles las montañas de escoriales sobre las que está construido gran parte del pueblo.

Gran parte de esto lo podemos ver desde el Mirador, o como el regreso pasa por el lado visitar las herrerías, pero como vamos de vuelta y de noche lo dejamos para otra ocasión.
Pasamos por las Rozas y por la casa de Luis Siret, siguiendo por asfalto hasta volver hasta la rambla de canalejas, justo donde cruzamos el asfalto. Comienza un largo descenso por la vía verde ahora si hasta unirnos a la desembocadura del rio Almanzora y llegar hasta el carril bici anexo a la carretera, ya con vistas al Castillo. 
Nuestra ruta se da por terminada con la luna en cuarto creciente y con una brisa marina que nos trasporta hasta la misma orilla del mar.
Ruta muy interesante y para hacer en verano o muy temprano o ya tarde noche como hicimos nosotros, gracias a la organización y a quien corresponda por los avituallamientos y lo bien controlado que fue todo.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/villaricos-ruta-luis-siret-107626897