lunes, 27 de julio de 2020

Sendero Y Baño


Un poco de Historia y a disfrutar de las Aguas termales.

BALNEARIO DE ALICÚN DE LAS TORRES
Ubicado en un entorno rural mágico, natural y singular, resulta un auténtico oasis en medio de una zona esteparia.
Situado en la zona norte de la provincia de Granada el Balneario se encuentra fácilmente desde la autovía A-92, en su tránsito desde Guadix hacia Baza.
El agua de los baños de Alicún es bastante profunda y se le supone que ha pasado largos tiempos en el seno de la tierra. Penetra por las grietas de las rocas carbonatadas subbéticas alcanzando grandes profundidades merced a la dimensión de las fallas que las fracturan y a que los carbonatos son sensibles a la disolución.
El aprovechamiento, uso y disfrute de las aguas termales y medicinales de esta zona es muy anterior a los usos terapéuticos constatados en época romana ya que se remonta al periodo Neolítico, tal y como lo prueban las construcciones funerarias de dicho periodo existentes en el área próxima al Balneario.
Transcurren los siglos y las "Aguas de Alicun" continuaron siendo recurso de salud para los habitantes de la zona. En el S. XVII el doctor D. Pedro Suarez en el libro "Historia del Obispado de Guadix, y Baza" publicado en 1696, al describir Guadix dice: "Se alaban lo medicinal de sus yerbas, y lo regalado de sus baños; unos que llaman de Alicún, en los cuales mana el agua naturalmente caliente, y en ellos se curan varias enfermedades".
Es a partir de finales del S.XVIII y a lo largo del XIX cuando el Balneario de Alicún toma un espectacular auge siendo sus aguas declaradas de Utilidad Pública por Decreto del 31 de Marzo de 1870. Hoy día continúa siendo un referente en Balneoterapia.
Las aguas medicinales del Balneario de Alicún de las Torres aportan salud, relax y bienestar en un enclave natural de singular belleza.
El agua de Alicún se caracteriza por una alta concentración en sulfatos (1131 mg/L), de magnesio (105 mg/L) y de calcio 360 mg/L, elemento este último que contribuye a su fuerte mineralización.
Los niveles de magnesio de las aguas de Alicún pueden explicar la utilidad de las mismas en algunas patologías cutáneas.
Las propiedades saludables de las aguas del Balneario de Alicún las hacen útiles como elemento terapéutico para el tratamiento de afecciones a través de los diferentes medios con que los realizan, tanto del aparato locomotor como del respiratorio y digestivo, así como para patologías de la piel, el riñón, vías urinarias y también las neurológicas.
Junto al Balneario se encuentran las piscinas termales tanto para niños como para adultos.
Nos desplazamos mis hijos y yo junto a el amigo Gomer, su hijo y una amiga hasta el  mismo aparcamiento de las piscinas, dejando allí los coches para realizar un sendero por la historia del alrededor de estas aguas termales.
Iniciamos nuestro camino pasando por la misma entrada de las piscinas y su gran cascada, ascendemos las escaleras y llegamos hasta la misma puerta del balneario, ya un letrero nos indica ( Ruta Histórica) y siguiendo por el asfalto llegamos hasta el cruce que nos lleva hasta Gorafe o la entrada por donde hemos venido desde la autovía.
 Nuestra intención es subir hasta la cima del cerro la mina donde contemplar la gran planicie y los banglan de Gorafe, asi como los petroglifos que se encuentran en su ladera.
Empezamos la subida por carril sin señalizar con poca pendiente y zic zageando hasta llegar al lago de san Torcuato que esta seco en esta ocasión. Continuamos subiendo aprovechando la sombra y la leve brisa que a estas horas corre y que nos viene muy bien para realizar el ascenso.
Coronamos el cerro la minina eso si con algunas paradas para ver el paisaje tanto a un lado como a otro y contemplamos ya si una vista 360 grados de todo el entorno.
Descendemos hasta un cruce casi oculto por la vegetacion, verea muy fina la cual nos lleva hasta los petroglifos. Hay grabados sobre cuatro rocas del tipo bolos de arenisca rojiza del triásico inferior figuras que representan antropomorfas y símbolos.
Son de medianas dimensiones y están alineados de norte a sur lo largo de seis metros.
Se sitúan al borde de una pequeña explanada, a unos 75 m al sudeste de la cumbre del cerro.
Ocupan una situación bastante destacada, desde donde se contempla una amplia superficie de terreno estepario del valle de Gorafe y de los alrededores.
Cada uno de estos cuatro bloques presenta grabados de varias formas y dimensiones.
Los motivos predominantes son las representaciones estilizadas de figuras humanas, masculinas y femeninas, pero existen además otros signos asociados (círculos, cazoletas, alfabetiformes) que parecen contemporáneos.
Los grabados pudieron realizarse fácilmente, por tratarse de piedras blandas de arenisca, siguiendo la técnica de abrasión, como lo indica la sección en U de los surcos, cuya anchura es de 2 a 3 cm por otros tantos de profundidad.
El tamaño de las figuras oscila entre los 20 y 50 cm de altura.
Al pie de una de las piedras se localizaron varios fragmentos de cerámica lisa, sin decoración, hecha a mano y una serie de sílex retocados, de tipo eneolítico.
Piedra I es un bloque aproximadamente cúbico, de un metro de espesor máximo, cuya superficie, de forma trapezoidal y fuertemente inclinada hacia el noroeste, muestra un círculo débilmente grabado (diámetro máximo, 50 cm), en cuyo interior existen cuatro oquedades semiesféricas de 4 a 10 cm de diámetro y 1 a 3 cm de profundidad. Por encima y a la izquierda se aprecia otra cazoleta ovalada. Bajo la piedra se hallaron fragmentos de cerámica lisa y sílex retocados. La orientación de la piedra es intencional al haber sido calzada en la base con pequeñas losas.

Piedra II es la mayor del conjunto. Mide 2,20 metros de longitud, 1,30 metros de anchura y un espesor máximo de 1,30 metros. En su superficie, inclinada hacia el este, de forma ovoide apuntada, se ve una gran cavidad hemisférica de 45 cm de diámetro máximo y 10 cm de profundidad, de la que parten 4 canales de desagüe que llegan hasta el borde de la piedra. Está situada a 80 cm al norte de la anterior. Su superficie se aprecia inclinada hacia el E.
Piedra III tiene forma hexagonal irregular, con una longitud de 1,30 m por 1,10 m de anchura y un espesor máximo de 0,75 m. En su superficie se aprecian seis grabados, cuatro de los cuales son esquematizaciones de la figura humana y los otros dos en forma de letra (JR), que podrían tratarse de alfabetizaciones posteriores. Entre las estilizaciones humanas, la mayor, que está situada en la parte superior izquierda de la figura, representa un hombre con los brazos en aso, piernas en óvalo cerrado, falo bien visible y con adornos en la cintura, que pueden figurar un cinturón. Mide 46,5 cm de altura.
Junto a él se encuentra una mujer con cabeza en T, brazos extendidos y base ensanchada, triangular, que representa la falda. Está débilmente grabada y mide 29’5 cm de altura. En contraposición con esta figura se halla otra también femenina, en forma de cruz de doble travesaño y bifurcada en su parte inferior, indicando las piernas. El trozo del cuerpo está muy poco excavado. Mide 20 cm de altura. La otra figura femenina está en actitud yacente, con respecto a las anteriores, y tiene como características la cabeza en T, brazos extendidos y base piriforme completamente excavada, midiendo 28 cm de longitud. Los signos alfabetiformes están profundamente grabados, con trazo más fino y han sido retocados en época reciente, aunque en algunos sitios se advierte todavía su antigua pátina. Miden 26 y 20 cm de altura, respectivamente.

Piedra IV mide 1,35 m de longitud, 0,90 m de anchura y 0,50 m de espesor. Tiene una superficie de forma más o menos triangular, inclinada hacia el norte, en la cual se ven seis figuras humanas esquemáticas profundamente grabadas, distribuidas por parejas de distinto sexo. La figura femenina central es la mayor del conjunto (49,5 cm) y tiene forma de cruz arzobispal de doble travesaño, con cabeza globulosa y base triangular; está íntimamente unida por su parte inferior a un hombre en “phi”, de 28,5 cm de altura. A la izquierda, hay otra figura femenina semejante a la descrita, pero de menores dimensiones (38,5 cm de altura), sobre la cual se sitúa otra más pequeña de forma análoga, aunque sin cabeza globular, que es claramente masculina, como lo indica su enorme falo. Su altura es de 28 cm. En la parte inferior derecha, se advierte la tercera pareja, constituida por una figura femenina cruciforme, que mide 21 cm de altura por 25 cm de anchura, y un hombre en “phi”, semejante al descrito más arriba, cuya altura es de 28 cm.
La verdad que entre las vista y estas maravillas se desciende mejor, mereciendo la pena subir para ver y no perderse esto.
Descendemos por otra variante hasta el lago de Gorafe que este si se encuentra con agua y algunas ranas que cuidan de su entorno.
Ya casi en linea recta volvemos a salir al cruce que iniciamos antes, junto a la vereda de chirlata pero en el descenso, tomamos dirección hacia pequeña meseta desde la que se domina la zona. Se trata de una necrópolis megalítica (sí, otra más que contribuye a los más de 200 dólmenes repartidos por los alrededores); de hecho en el recorrido hay otra zona más de enterramientos, en la parte baja del sendero. Pero éste tiene la particularidad de estar centrado por un menhir de lluvia ( La etimología de la palabra los describe claramente. Se encuentran o hincados en la tierra o tumbados.
No se sabe con certeza cual era su fin. Mojones, monumentos fálicos a la fertilidad (los moais de la Isla de Pascua tenían entre otros este significado) y funciones rituales son las posibilidades.
Muchos de los que están tumbados en el suelo tienen orientación Este, así que tampoco se descarta la utilización ritual. Se han encontrado en Éstos últimos esquirlas sobrantes del proceso de tallado así que probablemente nunca fueron pensados para estar en posición vertical.
La mayoría se encuentra en líneas de cresta y muchas veces asociados a cromlechs.
En la mitología vasca se creía que gigantes de gran fuerza (gentiles) los lanzaban de montaña a montaña. Así hay leyendas asociadas a estas piedras que hablan de Roldán 'Erroldan-arriya' lanzada para destruir Madoz (piedra de Roldán, Ata Sierra de Aralar). Hay otras que eran lanzadas para destruir Iruña.)
Vamos bordeando todos estos travestimos que nos dan una vista aérea de las piscinas y de la Acequia o Acueducto del Toril.  Vamos andando por la plataforma de travestinos media y en dirección hacia el dolmen de gran tamaño y que se encuentra en buen estado.
El cual visitamos y seguimos viendo otros pero ya mas deteriorados, seguimos en busca del estrecho sendero que desciende entre las rocas y que en esta época del año esta con la vegetación casi seca pero alta. Con lo que hay que extremar la precaución para no resbalar y llegar hasta una primera acequia seca y sin uso.
Entre olivos y demas arbustos salimos a una gran explanada con dos muros a cada lado, el de travestinos que andamos antes a la izquierda y nuestra derecha la acequia del toril con su gran altura y formación natural.
Qué es la Acequia de El Toril.
Para que os hagáis una idea, se estima que la formación crece a 3 milímetros anuales… Lo que supone que las zonas más altas tienen una antigüedad de 25.000 años; y en su base llega a los 3 metros de anchura, mientras que la cima tiene sólo 70 cm. Sorprendente no.
La naturaleza calcárea de las aguas ha hecho que se forme este acueducto natural mezclándose con restos vegetales, en lo que se denomina travertinos. Estos materiales travertinos abundan en la provincia granadina, pero las paredes creadas son casi únicas a nivel mundial.
Una de las cosas que más os llamará la atención, es la densa vegetación que cubre la acequia. Se trata de especies propias de ecosistemas húmedos, muy raros en el entorno más árido que caracteriza la zona, y algunos de ellos endémicos como el “limonium alicunensis”.

Caminar acompañando la acequia, meterse por entre sus numerosas grietas y contemplar las vistas y pasillos de la ruta, es toda una experiencia. En varios puntos encontraréis panorámicas sobre la formación, con vistas a la vega de Alicún y con el monte de El Mencal de fondo.
Podremos ver las diferentes acequias que ha habido ya sin uso y pasar por encima de la del toril con su agua corriendo formándose, con sus vistosos colores.
La existencia de este monumento natural, único en Europa, ha sido posible gracias a que las aguas que discurren por la acequia, a una temperatura superior a los 35 grados, están cargadas de sales solubles, sobre todo carbonato cálcico y sulfato de magnesio. Estas sales se han ido precipitando, poco a poco, al enfriarse las aguas sobrantes del Balneario, hasta crear una base rocosa que ha ido creciendo hasta convertir el recorrido en un acueducto natural. Según estudios del Instituto Geominero de España, los travertinos de la Acequia del Toril tienen dataciones que van entre los 205.000 años, los más antiguos, y 35.000 años, los más modernos.
Una vez que llegamos hasta donde la acequia parece discurrir hacia abajo y nuestro caminar también, cruzaremos con cuidado la acequia y descenderemos un poco para ir en dirección de la antigua acequia donde nos espera la cascada verde un espectacular salto de agua con su formación rocosa.
Un espectáculo que no hay que perderse aunque este escondida, merece la pena verla y mi amigo Gomer y yo pudimos ver esta maravilla de la naturaleza.
Volvemos al sendero y recorremos los tres dolmenes que se encuentra en la explanada rodeados de grandes arboles y algo de vegetación pero ya la calor nos va pidiendo baño y siguiendo las antiguas acequias y sobre todo la del toril seguimos hacia las piscinas.
Vamos rodeando ahora exteriormente la acequia del toril con su gran altura y vamos tambien viendo restos de otras antiguas acequias que se rompieron o quedaron en desuso, por debajo de una de las dos grietas que tiene la del Toril pasamos a la parte interior viendo mas de cerca tanto la vegetación que vive junto al muro de la acequia como sus formaciones.
 Las higueras en la parte baja empiezan a agarrarse al muro aunque las enredaderas no tardaran en rodear las y asfixiarlas como así vemos en algunos tramos mas adelante. Eso a la derecha pero si miramos a la izquierda veremos las formaciones de rocosas casi imposibles que desafían al tiempo y al espacio.
Parece que la juventud aligera el paso apretando para darse el baño, las piscinas abren a las 10:30 y ya son las 10:45 y el sol apretando.
 Llegamos a los coches y nos cambiamos las botas por las chanclas y la nevera, pagamos los 10 € que vale por persona y para adentro, tomamos posición en alguno de los grandes arboles buscando sombra y a darse un baño.
 Esta todo bien mirado y con las medidas de seguridad que se pueden pedir no hay mucha gente y la que hay mantiene la distancia.
Tras el primer baño, a comer y con la nevera llena no hay cuerpo que se resista, te dejan entrar neveras, sillas, etc. ademas tienen su merendero, que mas se puede pedir. 
Entre baño y comer lo mejor una buena siesta a la sombra y a descansar, o no.
Aquí dejo algunas fotos mas.

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