sábado, 26 de septiembre de 2020

Sendero SL 192 Las Menas De Seron

 Historia y naturaleza juntas.

Aunque con algunas variantes por gustarme mas así, hoy hemos realizado el sendero SL 192 de las Menas, con mi amigo Gomez.
Poniendo en contesto este lugar podríamos hacer un poco de historia.

Dejo el coche en el aparcamiento que hay junto al primer edifico que se construyo en las menas. El primer edificio de Las Menas fue al que siempre se le llamó "La Oficina", aunque en un principio se le llamó "Casa del Conde de Caserta", ya que este fue quien ordenó su construcción. También se denominaba "La Casa Menas".En este edificio se encontraba la administración, en la planta baja, y en las dos plantas superiores se encontraban las habitaciones de los directivos y técnicos de la empresa, así como la sala de dibujo, despacho del ingeniero, jefe de explotación de la mina. La ultima planta se dedicaba a Casino, con una pequeña barra y sala de juego.

Ahora, ya restaurado se ha convertido en Hotel-Restaurante y después en abandono pero recuperando a
sí un edificio tan emblemático en la vida del Poblado Minero.Los pabellones ya restaurados y convertidos en Hotel, en el mismo núcleo del Poblado Las Menas, se encuentran justo al lado pero también en abandono.
Me dirijo subiendo la cuesta hasta el centro de interpretación, la Junta de Andalucía restauro y equipo, para su apertura al público, la antigua Casa del Director del poblado minero de Las Menas para convertirla en Centro de Interpretación de la Minería hace algo más de unos años.
La Delegación Territorial ha puesto a disposición de este Ayuntamiento la planta superior del centro, que ha sido complementada con la instalación actual de una exposición. Concretamente se ha incorporado al centro la Exposición “Las Menas. Una mirada al mundo minero (1915-1968). Fondo fotográfico Emilio Herrero”, y el documental “Las luces del carburo”, con testimonios y memorias mineras, de 35 minutos de duración.

La exposición consta de un total de 36 paneles con una breve leyenda y un panel inicial informativo de de presentación de la exposición. Dar cuenta del pasado minero de Serón, a través de la recuperación del patrimonio gráfico gracias a la fotografía nos acerca a una idea de cómo era el emporio minero de Las Menas, las principales minas, los sistemas de transporte del mineral (tolvas, cargaderos, cables, vagonetas, etc.), las restantes instalaciones auxiliares (hospital, oficinas, talleres, economato, parque de la madera, central de compresores, etc.), los barrios donde vivían los mineros, las formas de trabajar dentro y fuera de la mina, el personal técnico, los modos de diversión y ocio, etc.
Pero se encuentra cerrado a estas horas ya que he venido pronto antes de las n9 para realizar el sendero.Como Gomez esta a punto de llegar vuelvo hasta donde deje el coche y empezamos a andar, pasmos junto al monumento a los mineros que trabajaron en las minas cuando se cerraron, que hay junto a la casa del medico. Tomamos dirección hacia los pabellones de los obreros donde había para familias y para solteros ( estos se identifican con un símbolo en su fachada) dejamos a un lado el cuartel de la guardia civil y por el lateral del ultimo pabellon nos incorporamos al sendero señalizado.
Descendemos hasta la carretera y seguimos hacia abajo hasta llegar al puente de hierro.
Construido junto a la tolva principal de Las Menas, de allí partían los baldes cargados de mineral de hierro mediante un cable aéreo que los llevaría hasta la estación de ferrocarril de Los Canos. La justificación de este puente no es otra que la de facilitar la salida de baldes por el cable aéreo sin verse entorpecida por el tráfico de automóviles o ferrocarril. El puente tuvo un triple uso: por el tablero superior pasaba la carretera, por el inferior el ferrocarril, y a ambos lados se encontraban las pasarelas para el tránsito de personas. Su estructura es metálica, consolidada mediante roblones, tornillos y tirantes, y los tableros que soportaron el paso de vehículos y trenes fueron hechos de madera, al igual que el piso de las dos pasarelas laterales. En la gran tolva contigua descargaban las vagonetas el mineral, que mediante piqueras llenaban los baldes en una estación de carga situada en el interior del túnel inferior, cuya espectacular construcción de mampostería combinada con viguería de madera es digna de admiración. Desde allí partían hasta ser descargados en la gigantesca tolva de Los Canos, para finalmente ser conducidos, mediante la línea de ferrocarril Lorca-Baza-Águilas, hasta el descargadero marítimo de El Hornillo, inaugurado en 1903.
Viendo los restos no llegamos ni a imaginar la magnitud de este paraje, tomamos ascenso por la misma carretera por donde hemos bajado pero con el 18% de desnivel marcado en el asfalto.
Cuando llegamos al cartel informativo donde vemos una vista aérea del puente y la tolva empezaremos a descender por el camino de tierra en dirección hacia un puente que nos dará una vista amplia de lo que queda de la plataforma del pequeño ferrocarril que desde la mina Jota que trasladaba el material extraído hasta  la estación de carga del cable aéreo, su bocamina se encuentra bajo las ruinas del almacén central de Las Menas, muy próxima a la central eléctrica de El Chorro. La mina Jota fue una de las últimas que se cerró en aquel distrito, en 1968. Se conserva algunos pequeños puentes que salvaban su trazado, y de una gran tolva de almacenamiento construida de mampostería.En la actualidad las aguas que afloran de su galería se emplean para el suministro de agua potable al poblado de Las Menas formando junto al puente un lugar de especial encanto.
Cable del Manzano
Los cables (funiculares) constituyen la palanca de arranque de la explotación minera dada la dificultad que suponía dar salida a los minerales debido a la orografía, distancia, altura y aislamiento de la zona.
De los diversos proyectos que tenían las empresas, tomó la iniciativa la empresa "The Bacares Iron One Mines" (Los Ingleses) y montó el primer cable en la vertiente del Almanzora, relativamente cerca de la estación de ferrocarril. Se llamaba 'cable del Manzano'. Tenía una longitud de 10477 m., dividido en varias secciones. La primera se iniciaba en la estación de ferrocarril de Serón hasta Las Lomillas, con una longitud de 1848 m. La segunda, desde Las Lomillas al Empalme, de 2.460 m. de longitud. Y la tercera, desde el Empalme al Manzano, de 1.400 m. de longitud. Del Empalme nacían tres ramales: 1º a La Leona, 1925 m., 2º a Sta. Catalina, 234 m., 3º a Las Pastora, Tachuela, Menas, 2610 m.
La estación de término 'El Manzano' recibía todo el mineral de las minas, donde no llegaba el cable.
Unas eran de la misma empresa; otras de empresas almerienses, como Mi Luisa, Sta. Cruz, La Invencible, … Este traslado se hacía por medio de caballerías.
 Un pequeño ascenso por la senda nos adentra un poco mas en las estribaciones de las minas y los pinos de repoblación, viendo de forma diferente el paraje.
Entre pinos y sendero estrecho nos vamos acercando a la mina la Necesaria donde cruzaremos el puente en dirección hacia los talleres y el almacén general, los talleres dónde el equipamiento de minería fue fabricado y reparado. Incluyeron tornos, fresadoras, fragua, grupo eléctrico, muelas de esmeril, sierras etc. 
Los talleres tenían una actividad muy significativa e importante, tanto por la amplitud y diversidad de funciones como por el alto número de empleados. El edificio era impresionante. En forma de L ascendía majestuosamente desde el barranco de Menas, con una altura aproximada de 30 m., mampostería, amplios ventanales, grandes naves. Tenía dos accesos: en dirección este, entrando por la derecha se encontraban ordenadamente los distintos espacios dedicados a cada especialidad, con sus respectivos obreros y máquinas: herramientas, fragua, corta-hierros, autógena eléctrica, sierra de hierros, taladros eléctricos, banco de ajuste, tornos, cepillo de hierro, muela esmeril, carpintería aserradora... La diversidad de actividades era necesaria para autogestionarse: el material de los trabajos,
 
cubrir las reparaciones que se presentaban, mantener las instalaciones de una explotación de gran envergadura, tanto en el interior como en el exterior ya que entonces las comunicaciones no eran fáciles ni rápidas y cualquier contratiempo, si no estaban en condiciones de afrontarlo, les hubiese supuesto meses de inactividad y de pérdidas económicas. El personal, en su mayor parte, eran residentes y nativos de Menas. Predominaba la gente joven. Dependientes del taller había otros equipos de hombres que prestaban sus servicios en otros centros pero que tenían relación con la mecánica, como eran los destinados al "Diesel", situados frente al taller, consistente en un grupo de producción de energía eléctrica, formados por dos semifijas de W1f de 200 H.P. que accionaban alternadores de 150 kilovatios-amperios, a 250 voltios.
Otro grupo estaba en los "Compresores", situado en Los Cortijillos, donde había cuatro motores de explosión de 28 H.P. para el accionamiento de alternadores y compresores destinados a la producción de aire comprimido, que por tubería era llevado a donde se encontraban trabajando los martillos de perforación.
Y por último, la brigada de reparto, cuya misión era repartir por las casas la leña para la calefacción hogareña, recibir y conducir a su destino el material que llegaba por el cable a la estación de Ramalillo y acudir como refuerzo a las emergencias que se presentasen en cualquier trabajo de la empresa. La jornada duraba desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, con una hora intermedia libre para la comida. En la estación de Los Canos, Intermedia, Cortijuelo, contaban con otros talleres de características parecidas, pero de dimensiones más reducidas.
Dejamos estos grandes edificios ahora casi derruidos y ascendemos hasta la carretera para tomar dirección hacia donde se encontraba el campo de futbol y la plaza de toros.
Vamos ascendiendo y nuevos grupos de gente que siguen por nuestro mismo caminar, padres y madres con niños y niñas enseñándoles el paraje y la historia. 
La plaza de toros de las Menas, construida en 1958 , la más alta de Europa según figuraba en los carteles, fue poco menos que el fruto de una locura transitoria de dos empleados de la compañía minera, José Manzano (conocido como el “Sacapúas”) y Ángel Fernández (conocido como “Ángel Cabrera”).
Por entonces Manzano trabajaba en el economato y Cabrera en las oficinas, pero a ambos el espíritu emprendedor (o el exceso de inquietud) los había llevado años antes a colaborar en diversos negocios, como por ejemplo en montar los puestos de bebidas de las fiestas de la Loma o en la venta a domicilio de libros y novelas por entregas. Para las fiestas de Santa Bárbara del año 1958, los dos amigos, asociados con Nicolás “el Casinero”, consiguieron que Don Renato, el director de las minas, les adjudicara la organización de la verbena, el bar al aire libre y los fuegos artificiales. Pero ellos, especialmente Manzano y Cabrera, le propusieron que les encargase además la organización de una corrida de toros que saldría en los papeles… Y tal vez porque algunas variedades de locura son contagiosas, aquel holandés tan alto y sensato, solitario aficionado a las maquetas de trenes, se dejó convencer y les adelantó una cantidad de dinero para los gastos.
A partir de ahí, en un tiempo récord, mientras el Casinero se dedicaba a la intendencia de la verbena, Manzano y Cabrera localizaron un espacio con forma de anfiteatro natural más allá del Caño 2, junto a la carretera de salida hacia Bacares y allí, después de su horario de trabajo y con la ayuda de algunos mineros a los que pagaban por horas, fueron construyendo la plaza: un semicírculo de gradas de piedra con capacidad para 500 personas y un anillo de cemento y piedra con burladeros de madera. Acabaron casi con el tiempo justo, gracias a que la mayor parte de los trabajos de carpintería y cerrajería fueron asumidos directamente por los talleres de la Compañía.
Como el presupuesto no daba para mucho, Manzano viajó a Linares (su ciudad de nacimiento) y contrató de favor a Diego Córdoba, un novillero de cierto renombre amigo suyo, para que matase él solo dos novillos, que fueron seleccionados entre los más baratos de la ganadería de Primitivo Valdeolivas, también de Linares. Diego Córdoba era un novillero bastante conocido en toda España desde principios de los años 50, y que en su momento prometía, aunque cuando vino a las Menas aún no había tomado la alternativa y tal vez ya estaba entrando en un momento de declive.
Los carteles se editaron en Almería, aunque se imprimieron poco más de una docena, para poner dos o tres en Menas y el resto en los pueblos de los alrededores (Serón, Tíjola, Purchena…). Al parecer, la edición del cartel provocó un pequeño conflicto con el alcalde de Serón, pues a los responsables de redactarlo “se les olvidó” incluir el nombre del municipio del que, al fin y al cabo, las Menas formaban parte.
El evento causó en toda la comarca gran expectación, y el 18 de julio el lleno fue completo. Pero la corrida no salió tan bien como Manzano y Cabrera (y por supuesto el novillero y su cuadrilla) hubieran deseado. Los novillos, aunque baratos (o quizás por ello), estaban algo pasados de peso y resultaron además de toreo incómodo. Para mayor desgracia, Diego Córdoba tuvo una pésima tarde y ya en el primero, a la hora de matar, pinchó en hueso infinidad de veces y le tomó miedo, hasta el punto de que la guardia civil amenazó con intervenir con armas más eficaces. No obstante, aunque después se haya extendido la idea de que efectivamente lo hicieron, según el testimonio del propio Manzano la realidad no fue esa, sino que los dos toros fueron matados por los toreros, aunque tuvieron que probar suerte todos los de la cuadrilla, incluso un chavalillo de 11 años que se llamaba Palomo Linares.
A pesar del escaso éxito taurino, el público se fue al parecer contento, quizás consciente de haber asistido a un hecho histórico.
Y no solo histórico, sino único, pues cuando se acabaron las fiestas y los tres socios hicieron balance resultó que habían perdido unas 6000 pesetas, circunstancia que les quitó inmediatamente las ganar de volver a repetir en años posteriores. Cuando acudieron al Director, con la esperanza de que la Compañía asumiera las pérdidas, el buen holandés les dijo que no se preocuparan, que ya lo irían pagando poco a poco, a razón de 50 pesetas mensuales que les serían descontadas del sueldo durante casi dos años.
Hubo, no obstante, una segunda corrida en la plaza de las Menas, organizada pocas semanas después a rebufo del éxito de público de la primera. La trajo el apoderado de Diego Córdoba, que consiguió el permiso de la Dirección y la renuncia de los chafados primeros promotores. Pero sea porque la novedad ya no era tal o porque no existía el tirón de las fiestas de Santa Bárbara, tuvo poco éxito y nunca más se repitió…
Seguimos hacia los cortijillos, (están situados en la rambla de Las Menas, en la parte sureste de estas, justo debajo de Las Canteras y en la zona donde está la mina Concepción. En este pequeño núcleo de Cortijillos estaba situado el edificio del transformador junto a otro de mayores dimensiones donde estaban ubicados los compresores. En estas dependencias estaba instalado el famoso Pito de Las Menas, que con sus silbidos alertaba de los horarios, de los turnos, comidas e incluso de cuando ocurría un accidente.
En la parte baja de Los Cortijillos está la explanada Concepción que es donde se encuentra la entrada a la mina del mismo nombre. Frente a la entrada de La Concepción se encuentra otra boca de mina que servía de conexión con la mina Jota. A través de esta se distribuía todo el mineral, siendo transportado por rail y vagonetas por la vía Carlos hasta la tolva grande del puente de hierro. De allí salía hacia el depósito de Cabarga y de este a la estación de Serón y Los Canos.) justo antes de llegar hasta los cortijillos decidimos ver la mina de la Concepción, (que tenía aproximadamente 6km de longitud) en el mismo pórtico de entrada se encuentra su nombre aunque parece que han intentado borrarlo. Retrocedemos hasta los cortijillos y empezamos un corto ascenso hasta la mina Telegrama, seguimos andando por la cantera para ir bordeando la solana de las menas, teniendo una vista general de el poblado de las menas y su entorno.
Pasamos un pequeño mirador y al llegar a el cruce que nos llevaría hasta el pozo de la nieve otro sendero muy recomendable tomamos dirección hacia abajo, teniendo precaución ya que aquí por su inclinación y la piedra suelta es fácil pegar un resbalón. Pero esta muy bien trazado para hacer zic zac y que el descenso se muy agradable.
Volvemos a adentrarnos entre pinos hasta llegar justo a la parte trasera de la ermita de Santa Barbara, ( esta capilla de estilo colonial y de arquitectura sencilla fué mandada construir en 1911 por la esposa del ingeniero alemán Alfonso Sierra Joldí.
Presenta una intensa historia, marcada por los destrozos y expolios sufridos desde su construcción.
Durante los muchos deterioros y actos de destrucción que sufrieron los edificios religiosos durante guerra se dañaron partes como la puerta de entrada y su imagen, Santa Bárbara, que quedó totalmente destruida. Posteriormente y tras el esfuerzo de muchos vecinos, se encargó de nuevo otro icono que se realizó en madera maciza.
A finales de 1959, siendo director el holandés D. Miguel Kramer, un huracán derribó parte de su torre, siendo reconstruida por los trabajadores Luis Manchón, Antonio Pelegrín y Emilio Herrero.
Cerradas las minas en 1968, la imagen quedó en la ermita hasta que fué llevada a casa del guarda, que era el único habitante de Las Menas. Fallecido este, fué llevada a casa de un familiar en Almería donde ha permanecido durante varios años, hasta que los habitantes del poblado decidieron restaurarla.
Durante el año 2001 se ha procedido a su restauración integral. Su ubicación y arquitectura hacen de ella una construcción atractiva y única que contrasta con el paisaje ). Cruzamos un corto tramo de carretera para descender hasta el barranco bolonor donde descendemos unos metros para ver las casa de los ingleses o por lo menos sus fachadas. 
Ascendemos de nuevo el rio parando en el Rascador bajo donde se encuentra otro cargadero el del Ingles el cual también conserva sus arcos y parte de la tolva. Regresamos hasta el cauce del barranco y seguimos ascendiendo hasta el Rascador alto ( el Rascador es uno de los barrios de Las Menas de Serón. Está situado el norte de estas, separado por la rambla y frente al puente de hierro. Las casas están construidas en la falda de la montaña, frente a los edificios de los solteros y la Residencia Santa Bárbara.
Actualmente sólo hay dos casas restauradas y el cortijo El Cerezo. El resto de viviendas están totalmente en ruinas, en su mayor parte gracias a a todos los expoliadores que en su día se dedicaban a robar tejas, hierros, maderas y las piedras de sillería. Es un pueblo en ruina, tan solo quedan en pie cinco o seis casas y en peligro de derrumbe.
En este barrio era donde se concentraba el mayor número de familias de mineros. En 1924 se abrieron dos escuelas. En estas fechas El Rascador tenía ya una población de 1451 habitantes. El año 1924 fue muy importante para esta barriada ya que se consiguieron grande logros, entre ellos, la residencia de un médico. Seguidamente se instaló la farmacia, siendo su primer titular D. Juan Sola Muñoz ) aqui el paisaje nos muestra como el otoño va caminando entre las hojas de los arboles ya colocando muchas de sus hojas perennes tornándolas en doradas mientras otras siguen verdes. Aquí hay que estar atento por que no encontramos ninguna indicación de que hay que girar a la izquierda, pero así es y tomaremos dirección de nuevo hacia los pabellones de los obreros, entre senda y senda pasaremos por algún otro serbal que como comprobé están verdes todavía. Una vez vuelto al lugar por donde comenzamos el descenso nos acercamos al cuartel de la guardia civil y de regreso al lugar de partida.
Comentar que el sendero es muy accesible para niños y con alternativas por si no se quiere hacer entero, aunque merece la pena hacerlo. Muy bien señalizado y con paneles menos el giro a la izquierda que hay en el barranco bolonor que no se si es que ha desaparecido o esta tapado. Dar las gracias a mi compañero y su mascota por acompañarme, disfrutando de una mañana muy agradable.
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1 comentario:

Opina pero no ofendas, aquí estamos para andar y aprender todos.