miércoles, 1 de junio de 2022

Subida a la Sagra

 Sierra de la Sagra

La Sagra es una sierra y un pico aislado situados al norte de la provincia de Granada (España), entre los términos municipales de Huéscar y Puebla de Don Fadrique. Es el punto más alto de la cordillera Subbética y del Altiplano Granadino; su altitud es de 2383 msnm en su parte más elevada (presenta una doble cima de altura desigual).



Su singularidad reside en su prominencia, ya que emerge solitaria rodeada de otras zonas de menor altitud, además, se trata de la cumbre más elevada de Andalucía fuera de Sierra Nevada. Sus cimas permanecen con nieve durante el otoño, invierno y comienzos de la primavera. Está enclavada a la espalda de las Sierras de Cazorla y Segura, en el extremo norte de la provincia de Granada.

Está formado por calizas, margas y cretas estratificadas que pueden apreciarse cerca de la cumbre, como estratos de gran espesor y dureza, además de por las barrancas y profundas cárcavas que cruzan sus flancos. Es fruto de la orogénesis alpina que actuó sobre los sedimentos de la zona hace unos 25 millones de años. En su cima pueden encontrarse fósiles de esta época geológica, especialmente conchas de animales marinos (almejas, bivalvos y similares). Estas sierras destacan de las altiplanicies situadas al sur y sureste, lo que les confiere unas características climatológicas y ecológicas particulares, fundamentalmente debido a los acusados gradientes hacia una mayor humedad (funcionan como "islas bioclimáticas" en un entorno árido). Ello hace de este espacio un lugar de gran riqueza y variedad biológica.

La Sierra de la Sagra es un refugio natural para especies como el Buitre Leonado, la Víbora, el águila perdicera, el gato montés, el búho real, la liebre o el jabalí, con muchos invertebrados interesantes, entre los que destacan mariposas y escarabajos, son sus más preciados valores naturales. Esta relevancia entomológica ha hecho que se le reconozca como Zona de Interés para la Conservación de los Invertebrados de Andalucía (ZICI), concretamente la número 3, que abarca también a los parques naturales de Cazorla y Castril. Está igualmente Integrada en la Red Europea de Espacios Naturales Protegidos, mejor conocida como Red NATURA 2000. Este Espacio Protegido comprende las sierras de la Sagra, Seca, Duda, Guillimona, Montilla, Bermeja, Muerto, de la Encantada, de Jurena y de los Tornajos. Y completan esta esquina serrana, aunque fuera de sus límites, otras como la de Moncayo, Marmolance, de Alcatín y de la Zarza.

Sus laderas, bastante empinadas, están cubiertas de espesos bosques de pino salgareño hasta media altura; en la ladera oeste existe una pista forestal empleada por los lugareños, visitantes y escaladores pare acceder a la cima ya que es la más cómoda. 
Ascendiendo desde la ermita de las Santas ( Huéscar tiene dos Santas Patronas, Alodía y Nunilón, que según la leyenda, de padre moro y madre cristiana, murieron mártires por preservar su fe cristiana. Tienen su ermita al pie de la Sagra, celebrándose la Romería a los 50 días del Lunes de Pascua de Resurrección.)

Un poco de historia:
La devoción y culto a las Santas Mártires Nunilón y Alodía se arraiga en esta tierra granadina a final del siglo XVI. Partió de Navarra y tiene su epicentro en Puebla de D. Fadrique y Huéscar.Después de la pacífica toma de Huéscar por los Reyes Católicos y tras las capitulaciones concertadas con su alcaide Suleiman al-Galib, Huéscar y su término, al que pertenecía el lugar de la Bolteruela hoy Puebla de Don Fadrique, quedaría como pueblo realengo y propiedad de la Corona de Castilla.

Este pacto, sin embargo, quedó roto por parte del rey en 1495. Dicho año se crea el marquesado de la villa de Huéscar que será donado en señorío a Don Luis de Beamonte, Conde de Lerín y Condestable de Navarra. Junto con el Conde de Lerín vienen multitud de navarros, que, aposentados en estos parajes, fueron configurando el carácter de estas tierras. Encontramos sus huellas en el folklore, la gastronomía, en los oficios y en nuestros apellidos (Aguirre, Carricondo, Corcostegui, Iriarte, Irigaray, Sola, Trucharte ….y los numerosos Navarro).

Pero la huella más querida y preciada que nos dejaron y mantuvieron fue la devoción popular a las Santas Nunilón y Alodía, tan veneradas en su lejano monasterio de Leyre. Poco duró el señorío de Don Luis de Beamonte en su marquesado de Huéscar, pues falleció en el año 1508. Pero antes, junto con su esposa Dª. Leonor de Aragón, hermanastra del rey católico, donó al pueblo la dehesa del Horcajón, donde poco antes y al pie de la Sagra, como buen recuerdo de los parajes montañosos navarros, había construido una ermita para depositar unas imágenes góticas de las Santas y unas reliquias que desde Leyre había traído.

Mientras tanto, el testimonio y ejemplo de devoción y culto a las Santas por los advenedizos navarros había prendido fuerte en los corazones de los nativos circunvecinos, hijos de cristianos viejos, de moriscos convertidos y bautizados, o de aquellos nuevos pobladores que vinieron tras la expulsión de los moriscos; así nos lo demuestran los viejos libros de asientos parroquiales, desde entonces, hasta nuestros días.
Ruta corta
Ruta larga

Pues desde la ermita empezaremos el sendero de ascenso hasta el refugio abierto que hay a unos 1.539 metros de altitud, por uno de los laterales de este refugio, veremos unas marcas azules y verdes, que nos van a ir marcando el camino.
Estas nos llevarán a través de un bosque de pinos, hasta una pista forestal, la cual seguiremos hasta el final. Esta pista nos irá acercando a la base de la Sagra.
Una vez llegado a una pequeña explanada donde se acaba esta pista, veremos una senda que se introduce por un bosque de pino laríceo, la seguiremos hasta encontrarnos con una gran piedra con una flecha pintada sobre ella, de color rojo, y que nos marcará la continuación del camino de ascenso hacia el Collado de las Víboras.
Siguiendo la senda ascendente llegamos al Collado de las Víboras.
*Altitud: 1858 m. (GPS)

Este collado es una gran explanada con un par de árboles en el centro, desde donde se puede apreciar toda la arista por la que vamos a subir a continuación. Es un lugar idóneo para descansar y comer algo, ya que a partir de aquí el ascenso es duro y continuado.
Las vistas desde este punto son impresionantes.
Comenzamos de nuevo el ascenso por una senda de tierra y piedra, la cual es fácil de seguir ya que está muy pisada y señalada con mojones de piedras.
Desde aquí tenemos una vista total de la Sierra de María y de casi todo el entorno de la Sagra.
Continuamos un zigzagueante ascenso por esta senda de tierra y piedras, siguiendo los mojones y disfrutando de las magníficas vistas que tenemos desde aquí.
Llegaremos al Collado del Morro de las Zamarrillas (2010 m.).
*Altitud: 2000 metros (según el GPS)

Este collado se caracteriza por un viejo tronco quemado que aún continua en pié y el resto del árbol caído junto a el.
Seguimos aunque un duro ascenso en dirección a la Cima de la Sagra (2.369 m).
Seguimos la senda hasta pasar unos riscos en las proximidades de esta cima, con alguna dificultad. Inmediatamente veremos la zona llamada “la pedriza”.
*Altitud: 2.138 metros.


Una vez sobrepasada esta zona, se nos presentará el imponente Pico de la Sagra y veremos casi en su totalidad la zona llamada “el embudo”.
Dejamos los riscos y continuamos la senda; ahora se transforma en un camino prácticamente horizontal que atraviesa la zona del embudo, para posteriormente ir ascendiendo buscando la cima.
En este momento tendremos:
*Altitud: 2.266 metros.


Ahora viendo a un paso el pico, realizaremos una pequeña travesía por su cuerda.
Poco a poco llegamos a divisar el monolito blanco del punto geodésico de este macizo.
Las vistas en un horizonte de 360º son impresionantes.
En el punto más alto de este pico de la Sagra, se encuentra el punto geodésico, con una altitud de 2.383 metros sobre el nivel del mar. También se encuentra una caja metálica, en la cual se guarda el “libro de visitas” de este pico.

La vuelta también tiene su peligro y su esfuerzo, ya que la bajada desde los riscos hasta el árbol quemado hay mucha piedra suelta con riesgo de resbalar. Dado la pendiente y lo suelto de la piedra recomiendo extremar la precaución. Desde el Arbol quemado hasta el collado de las víboras, es menos peligroso.


El regreso hasta el lugar de partida desde la pista pasando por el refugio y hasta la ermita es llevadero.
Una foto para el recuerdo


Para realizar esta cima recomiendo tener buena forma física y mucha precaución.

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