lunes, 25 de marzo de 2013

SENDERO POR GRANADA 25 mar 2013

ENTRE LA LLUVIA Y EL SOL , UN DÍA INOLVIDABLE...
La Alhambra, denominada así por sus muros de color rojizo («qa'lat al-Hamra'», Castillo Rojo), está situada en lo alto de la colina de al-Sabika, en la margen izquierda del río Darro, al este de la ciudad, frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.
Su posición estratégica, desde la que se domina toda la ciudad y la vega granadina, hace pensar que existían construcciones anteriores a la llegada de los musulmanes. Su conjunto, completamente amurallado, posee una forma irregular limitado al norte por el valle del Darro, al sur por el de la al-Sabika, y al este por la Cuesta del Rey Chico, que a su vez la separan del Albaicín y del Generalife, situado en el cerro del Sol.
Se tiene constancia por primera vez de ella en el siglo IX, cuando en 889 Sawwar ben Hamdun tuvo que refugiarse en la Alcazaba y repararla debido a las luchas civiles que azotaban por entonces al Califato cordobés, al que pertenecía Granada. Posteriormente, este recinto empezó a ensancharse y a poblarse, aunque no hasta lo que sería con posterioridad, ya que los primeros monarcas ziríes fijaron su residencia en lo que posteriormente sería el Albaicín.
A pesar de la incorporación del castillo de la Alhambra al recinto amurallado de la ciudad en el siglo XI, lo que la convirtió en una fortaleza militar desde la que se dominaba toda la ciudad, no sería hasta el siglo XIII con la llegada del primer monarca nazarí, Mohamed ben Al-Hamar (Mohamed I, 1238-1273) cuando se fijaría la residencia real en La Alhambra. Este hecho marcó el inicio de su época de mayor esplendor.
Primero se reforzó la parte antigua de la Alcazaba, y se construyó la Torre de la Vela y del Homenaje, se subío agua del río Darro, se edificaron almacenes, depósitos y comenzó la construcción del palacio y del recinto amurallado que continuaron Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309), al que también se le atribuyen un baño público y la Mezquita sobre la que se construyó la actual iglesia de Santa María.
A Yúsuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) les debemos la inmensa mayoría de las construcciones de la Alhambra que han llegado a nuestra época. Desde la reforma de la Alcazaba y los palacios, pasando por la ampliación del recinto amurallado, la Puerta de la Justicia, la ampliación y decoración de las torres, construcción de los Baños y el Cuarto de Comares, la Sala de la Barca, hasta el Patio de los Leones y sus dependencias anexas. De los reyes nazaríes posteriores no se conserva prácticamente nada.
De la época de los Reyes Católicos hasta nuestros días podemos destacar la demolición de parte del conjunto arquitectónico por parte de Carlos V para construir el palacio que lleva su nombre, la construcción de las habitaciones del emperador y el Peinador de la Reina y el abandono de la conservación de la Alhambra a partir del siglo XVIII. Durante la dominación francesa fue volada parte de la fortaleza y hasta el siglo XIX no comenzó su reparación, restauración y conservación que se mantiene hasta la actualidad. La  Silla del Moro, fue una construcción de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas en un sector tan importante para la distribución del agua de la Acequia Real a toda la Alhambra.
Hasta la segunda mitad del s. XX en que se inició la reconstrucción de la torre principal y de los muros, el Conjunto Monumental permaneció en un estado de ruina y abandono. Fue a partir de 1929, con Torres Balbás, cuando se comenzó a prestarle atención, al descubrirse los restos de su escalera de acceso y de la puerta de la gran torre que entonces estaba destruida casi en su totalidad.
Debió tener el conjunto un carácter militar, en un sector de fincas que aparecían bastante vulnerables a los posibles ataques enemigos. La perspectiva que se divisa a su alrededor pone de manifiesto el papel estratégico de su localización, como lo confirma en el transcurrir de los siglos, por ejemplo, que también fue utilizado por el ejército francés de ocupación.
La denominación de Santa Elena se debe a su consagración como iglesia, desconociéndose su nomenclatura árabe, pues no aparece en la relación de fincas pertenecientes al sultán granadino, siendo difícil su atribución.
El estado de abandono que sucedió a una serie de utilizaciones diferentes a su destino en época cristiana, la han mutilado de gran manera, privándola de cualquier resto decorativo o epigráfico que pudiera servir de punto de partida.
La historia y las descripciones que de ella poseemos pertenecen a épocas muy posteriores a la nazarí y nos aportan muy poco sobre su papel en la estructura defensiva de la capital granadina.
Por otro lado, si tenía ese carácter de vigilancia, debía tener algún enlace amurallado o de otro tipo, tanto con el Generalife, como con las construcciones más elevadas del Cerro del Sol, o incluso en el recorrido de la acequia.
* "Dehesa El Generalife"
Los nombres de las instalaciones y equipamientos nos dan idea del calado histórico de la Dehesa del Generalife. Restos palaciegos, aljibes y acequias de agua son pruebas de su importante pasado árabe.
Las Acequias de la Alhambra, del Generalife , el nazarí Aljibe de la Lluvia, las ruinas del Palacio de Dar Al-Arusa , el mirador de la Silla del Moro que  fué una construcción de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas en un sector tan importante para la distribución del agua de la Acequia Real a toda la Alhambra, el Albaycín y el Sacromonte. 
*El mirador de San Miguel es un mirador de nueva construcción, situado a en Alto Albaicín permite una vista panorámica de la alhambra, de la ciudad y sus alrededores sin ninguna contaminación visual.
El ámbito de actuación comprende una parte de pavimentación de viales para un mejor acceso, en la actualidad de tierra sin compactar y otra parte de consolidación del mirador, arbolado y mobiliario urbano.
Durante la realización de la intervención arqueológica se hallaron restos de una antigua edificación ganadera de principios de siglo XIX, la cual quedo documentada y protegida.
Las obras se finalizaron el 28 de Septiembre de 2011.
 El Albaicín, la antigua judería en el barrio del Realejo, el centro urbano moderno y activo y, en primer plano, la Alhambra: estas son algunas de las postales panorámicas que ofrece el Mirador de San Nicolás. Con razón es uno de los lugares más frecuentados por quienes visitan Granada

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